Nunca me sentì tanto como en casa,ni en ninguna de las ciudades europeas que he visitado hasta ahora. Todo sencillo,un ritmo pausado,gente encantadora...lo tiene todo para acogerte.
Desde los chivitos hasta la pasta, desde las parrilladas a las empanadas...la grapamiel,la cerveza patricia,los vinos,los cafes con leche en taza enorme...las viejitas de la oficina de turismo,la viejita de la plaza de la independencia,la gente de la agencia...los amigos desde el otro lado del charco,los nuevos amigos creados...un placer comenzar asì la nueva aventura.
Montevideo,nos vemos en dos meses.
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lógico y normal...pero será que la visitante también es maja no?
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