jueves, 16 de septiembre de 2010
Los compañeros de viaje (II)
Llegasteis en silencio, pero enseguida os hicisteis notorios. Nunca imagine que lograrais jugar con otros que os triplican en tamaño, como cualquier cosa. Me hicisteis el mejor regalo aquella fantástica tarde soleada: un salto completo fuera del agua, a una altura de 2 metros, como si fuerais simples peces voladores.Ya no quiero ser delfín, quiero ser calderón!
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